RESUMEN DEL MITO
El Titán Quirón
es hijo de Cronos-Saturno y Filira, hija de Océano. Cronos, al ser sorprendido
en el acto por su esposa Rea, se convierte en caballo y se aleja
galopando. De esta unión, nace un hijo medio caballo y medio hombre. Su madre,
aborreciendo el monstruo que debía amamantar, pide a los dioses que la
liberaren y la convierten en un tilo. Cuando Quirón madura, fue conocido como
el más sabio y honesto de los Centauros y su fama como sanador, erudito y
profeta se extendió por doquier. Fue rey de los Centauros y en una gruta
situada bajo la cima del monte Pelión, educaba a los héroes y a los hijos de
los dioses. En una oportunidad en que Hércules se hospedaba en ese monte,
accidentalmente hiere a Quirón en una pierna con una de sus flechas impregnadas
con el veneno de Hidra. Afligido por el accidente de su viejo amigo, Hércules
arranca la flecha y el mismo Quirón proporciona el remedio para curar la
herida. Sin embargo, debido al veneno de la Hidra, la herida es incurable, y
Quirón se retira a su caverna aullando de dolor. Era una situación sin salida,
porque al ser semidivino, Quirón no podía morir, pero tampoco podía curar su
herida sufriendo de dolor permanentemente. Finalmente, para escapar de este
sufrimiento, Quirón acepta sustituir a Prometeo en el castigo que Zeus le había
impuesto por robar el fuego de los dioses, y muere en su lugar.
SIMBOLISMO DEL MITO
El patrón
central de este signo es la del espíritu intentando permanentemente trascender
al destino y las cadenas que le impone el cuerpo y sus necesidades. Sagitario
es el relámpago y la claridad, y encarna todo lo que pertenece al espíritu
eterno que aporta luz más que al cuerpo mortal. Su patrón arquetípico son las
disputas entre el mundo espiritual, libre y luminoso, y el mundo más oscuro y
limitado de las necesidades del cuerpo. Es un vínculo indestructible, del que
no puede escapar, eternamente unidos y eternamente enzarzados en conflictos, y
representa la relación que existe entre el mundo violento del espíritu creador
y el mundo de la forma, las relaciones y los compromisos entre los hombres, la
moralidad y la responsabilidad mundana que limitan sus posibilidades, todos
temas que, tarde o temprano, afectan a la naturaleza de Sagitario. Debido a
este esquema arquetípico, suele terminar envuelto en un matrimonio, trabajo,
causa o actividad con la cual se siente comprometido pero en donde estos
conflictos se manifiestan, motivo por el que este signo suele evitar el
matrimonio, ya que se ve demasiado atrapado por reglas y expectativas rígidas.
A Sagitario le desagrada sentirse “atado” prefiriendo ser espontáneo, lo que
recuerda que, como espíritu libre, encuentra desagradables las consecuencias de
sus acciones y prefiere evitarlas. Su patrón involucra la fascinación o
atracción sexual que lleva a Sagitario a caer nuevamente en la trampa de las
necesidades corporales, quien a pesar de su aparente mundanalidad y naturaleza
liberal en asuntos amorosos, es notablemente ingenuo. Sin embargo es justamente
gracias a este conflictivo vínculo con el mundo terrenal que Sagitario se
mantiene vital y activo, porque sin esta fricción sería indolente y perezoso,
ya que no tendría el estímulo necesario y no desplegaría tanto entusiasmo si no
existieran esas ataduras. De hecho, los constantes esfuerzos de Sagitario por
liberarse del limitante mundo de las emociones y las necesidades materiales,
generan muchas de las cualidades por las que es reconocido e introduce un elemento
de sentido y equilibrio en el implacable mundo de las necesidades humanas. Por
lo tanto, aunque Sagitario contiene una fertilidad sin límites como símbolo del
impulso creativo del mundo espiritual, su destino es el mundo terrenal y las
necesidades humanas, y expresa la frustración y vulnerabilidad del lado
optimista y brillante del espíritu y la consciencia ante las cadenas que impone
el mundo físico con sus necesidades, límites y compromisos. Esta herida, aunque
dolorosa e incurable para Sagitario, es la que le concede su capacidad para
ofrecer esperanza a los demás en lugar de desatenderlos, porque no se siente a
gusto en el cuerpo ni encuentra satisfacción en las limitaciones y
requerimientos de la vida mundana. Sus habituales y elevados anhelos, su
sentido del significado de la vida, su entusiasmo y bondad son la forma cómo el
mundo espiritual responde a las profundas dudas y dolor incurables que el mundo
terrenal de límites y compromisos le provoca. Si Sagitario puede soportar su
herida, se fortalece, porque deja de aspirar tan alto y comienza a hacer uso de
sus dones de un modo más práctico y apropiado a su realidad, lo que termina
simbolizando el sacrificio de su intuición y la suerte, que suele acompañarlo
en la primera mitad de su vida, para que se dedique a trabajar en su adaptación
más consciente al mundo físico en donde puede lograr y entregar mucho.
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