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ESCORPIO


RESUMEN DEL MITO

 

Perseo es hijo de Zeus y en su infancia fue raptado por un malvado pariente, por lo que creció ignorando su verdadero origen divino. Atravesó muchas aventuras, pero la más relevante para Escorpión es su lucha con Medusa. En esta búsqueda, Perseo fue ayudado por varias deidades. Atenea le previno de no mirar nunca directamente a Medusa sino sólo a través de su imagen reflejada y le regaló un escudo bruñido. Hermes también lo ayuda dándole una espada adamantina con la que podía cortar la cabeza de la Gorgona y Hades le entregó un casco que lo hacía invisible. Pero todos estos implementos mágicos podían conseguirse sólo visitando a las tres ancianas Grayas que conocían el camino secreto que conducía a la cuerva de las Gorgonas. Naturalmente, con todos estos poderes divinos a su alcance, el héroe consiguió su objetivo. Al cortar la cabeza de Medusa, Perseo liberó al caballo mágico Pegaso, liberándolo al mismo tiempo que se libera a sí mismo. A partir de entonces, Perseo pudo utilizar la cabeza de la Gorgona contra sus enemigos.

SIMBOLISMO DEL MITO

 


Las figuras de sangre fría de estos mitos simbolizan a las funciones autónomas del inconsciente y sus fuerzas instintivas. Este signo, más que ninguno, debe enfrentar profunda y frecuentemente el poder voraz de la vida instintiva. Medusa es parte de Escorpión, ya que el héroe y el monstruo constituyen una unidad, son dos aspectos de un todo. Estos mitos se asocian al tema de la violación (no siempre sexual) y la transgresión, y su horrendo rostro refleja la cólera y el odio del mundo femenino por los abusos que soporta, y Escorpión debe enfrenar estas permanentes emociones oscuras hacia la vida que lo llevan a una profunda apatía interna. El enfrentamiento con Medusa trata el tema de liberar al alma de la cólera y la destructividad del inconsciente y salvar lo femenino del aspecto oscuro de la naturaleza humana dejando al individuo, después de vencer al monstruo, en condiciones de usar los poderes adquiridos para objetivos más conscientes sabiendo controlar sus impulsos más destructivos. Una de las lecciones de este mito ofrece una sabia visión de cómo controlar el veneno que se encuentra en las profundidades de uno mismo, entendiendo que los “monstruos internos” no pueden ser vencidos utilizando la fuerza bruta sino la reflexión y la luz de la consciencia. El destino de Escorpión es el enfrentamiento con su propia oscuridad emocional, incluso si es proyectada al exterior, donde es percibida como mal o sufrimiento, tarde o temprano, se encontrará con algo oscuro y destructor que desde las profundidades de su inconsciente emerge y lo desafía en distintas épocas de su vida. La avidez por el poder, la corrupción y posterior redención con pasajes del desarrollo de este signo, y se refieren al impulso de obtener poder que, por amargura, soledad o aislamiento, se desea obtener sobre las cosas o personas que le han dañado en la vida, y aunque puede conseguir lo que busca, en el proceso puede perder su alma y autodestruirse. Así, su lado oscuro y resentido, arruina el placer que podría haber alcanzado al lograr lo que deseaba. Sin embargo, al final de cada crisis, Escorpión puede ser redimido, porque este signo representa una etapa del viaje del alma que va de la oscuridad a la luz, porque a pesar de su tendencia al orgullo y al individualismo, a la mordacidad y a la avidez de poder, Escorpión nunca deja de aspirar al amor, y eso lo redime al final.


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