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GÉMINIS


RESUMEN DEL MITO

Cástor y Pólux son hijos de Zeus y Leda, esposa del rey Tíndaro. Zeus la seduce disfrazándose de cisne y como resultado de su unión surgieron dos huevos. De un huevo nacen Cástor y Clitemnestra (hijos del rey Tíndaro) y del otro Pólux y Helena (hijos de Zeus). 
Según el mito, Cástor y Pólux pelean contra otro par de gemelos y Cástor, que era mortal, muere en la batalla. El dolor y la pena llevan a Pólux a implorar a su padre Zeus que le devolviera la vida o que aceptara la suya a cambio. Zeus conmovido, se compadece de los hermanos y permite que gocen alternativamente los dones de la vida pasando un día bajo la tierra en el reino de Hades y el siguiente día en el Olimpo.

SIMBOLISMO DEL MITO


La dinámica esencial de Géminis hace referencia al arquetípico enfrentamiento con el hermano oscuro o diferente. Este mito no sólo encarna el tema de la hostilidad entre hermanos sino el tema de la alma gemela hermano-hermana. Los gemelos de este mito simbolizan una experiencia cíclica de opuestos, ya que cuando son mortales deben probar la muerte y la oscuridad, y cuando son divinos, comparten los placeres de los dioses. Así, Géminis tradicionalmente oscila entre la exaltación y la depresión. El tema de los “gemelos” está asociado a una dualidad de opuestos en donde un gemelo aparece como dios y el otro como diablo, uno personifica la luz y el otro la oscuridad sintetizando el motivo arquetípico de este signo. Esta dinámica es observable también en el mito de Rómulo y Remo, en donde Remo es el gemelo oscuro que muere intentando matar a su hermano luminoso, Rómulo. Este par de fuerzas, oscuridad y luz, representa un profundo dilema humano conocido en psicología como “la sombra” o el enemigo interno. Otras figuras asociadas con esta dinámica son Jesús y Judas o Caín y Abel. Desde el punto de vista de Géminis, la vida está poblada de opuestos, y así como en el mito, Cástor y Pólux, pasan la mitad de su tiempo en el inframundo y la otra en el Olimpo, Géminis también, en determinados momentos de su vida, sólo percibe el lado bueno o el malo de la vida. El destino lo lleva a una inevitable lucha con su opuesto oscuro que es experimentado a través de otros, sobre todo en las relaciones con los hermanos, en donde uno es el “bueno”, hace cosas aceptables y es a quien los padres aman, y el otro es el “malo”, porque realiza acciones inaceptables y es aquel sobre quien se proyectan las sombras de toda la familia. Desafortunadamente, estas situaciones, aunque instintivas, le dificultan a Géminis descubrir al enemigo interno y la lucha de opuestos que hay en su interior. El concepto del gemelo encierra un tipo de equilibrio o balance interdependiente que, sin no es bien comprendida, puede llevar a una oposición u hostilidad creciente. Inicialmente, Géminis tiende a proyectar en el exterior, sobre alguien o algo del ambiente, estos conflictos, pero lentamente, al entrar en colisión con su opuesto empieza a descubrir que se trata de sí mismo, aunque este entendimiento no suele ocurrir antes de la segunda mitad de la vida. La batalla de Géminis con su hermano oscuro puede variar, y tener lugar entre los aspectos masculino y femenino, los valores intelectuales y emocionales, los objetivos espirituales y materiales o entre cualidades negativas y positivas. Su desafío es encontrar una forma de reconciliar estos principios en pugna y entender que puede alcanzar cierto grado de equilibrio. Por eso, cuando Géminis no puede confrontar su contradicción interna, ésta suele terminar proyectada sobre hermanos, amigos, parejas o sobre un hijo del mismo sexo, obligándolos a representar su propio lado “oscuro”, ya que mientras no se cuestione su problemática, ésta aparecerá en algún lugar del exterior. Es decir que los conflictos entre hermanos(as), la envidia entre amigos(as) y los conflictos con rivales son manifestaciones externas de temas que le cuesta ver como una disputa entre aspectos de sí mismo.


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