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TAURO


RESUMEN DEL MITO

El rey Minos es hijo de Europa y Zeus, y rey de Creta, desde donde ejerce su poder sobre todas las islas griegas y parte del continente. Siendo joven, lucha por el trono con sus hermanos, vence y confirma su proclamación por derecho divino. Para lograrlo, ruega a Poseidón que, a modo de señal, le mande un toro desde el mar, prometiendo que lo sacrificaría inmediatamente como ofrenda y símbolo de sumisión. Poseidón accede y pronto aparece un hermoso toro blanco y Minos asume el trono, pero al contemplar la majestuosidad del animal, considera la conveniencia de tener un toro de esas características en su rebaño y decide sustituirlo por otro, el mejor toro blanco que poseía, para ofrecerlo en el altar de Poseidón. A Poseidón no le gusta en absoluto esta sustitución y se venga insinuándole a Afrodita que le inspire a Pasifae, esposa de Minos, una pasión ingobernable por el toro. A continuación, Pasifae pide a un artesano hacer una reproducción en madera de una vaca para poder unirse sexualmente al toro. De esta unión nace el Minotauro. Minos, aterrorizado y avergonzado, ordenó construir un laberinto para esconder a la horrenda bestia que alimentaba con grupos de jóvenes y doncellas. Teseo, un joven valiente y hermoso, ayudado por la hija de Minos, Adriana, logra entrar al laberinto, matar al monstruo y volver a salir de él siguiendo el hilo que le había entregado.

SIMBOLISMO DEL MITO


El toro no es un animal violento y está asociado con la fertilidad terrestre, pero sólo se mueve siguiendo sus caprichos y deseos, lo que puede provocar destrucción si se le permite ir a su antojo. El desafío de Tauro es llegar a un punto de equilibrio con la permanente relación que existe entre el ego y los instintos, que es el problema central de su patrón de desarrollo. El sacrificio del toro en el mito está relacionado con la sumisión del individuo a un poder mayor, comprendiendo y aceptando que el poder del toro no es “suyo” sino que debe dirigirlo hacia objetivos transpersonales.  En este caso, el principal error del mito lo comete el propio Minos, desde el momento que decide no sacrificar al toro como correspondía y realiza el engaño intercambiándolo por otro. El sacrificio del toro simbolizaba su sumisión generosa y absoluta a las funciones de su rol como rey, mientras que la acción de quedarse con el toro representa seguir el impulso del auto engrandecimiento egocéntrico convirtiéndose en un poderoso tirano. La no realización del rito acordado supone que el individuo se margina de su unidad con el Uno Superior y se concentra en su propio beneficio, en vez de gobernar para el bien de los demás. Se vuelve en el acaparador del beneficio general, el codicioso que sólo se preocupa por él y lo suyo. Este “monstruo-tirano” es un reto para Tauro y parte de su patrón arquetípico. Es su lado oscuro con el que, tarde o temprano, se debe enfrentar. La habilidad para aumentar sus riquezas y el poder es un don propio de este signo, pero su punto débil es su relación con el dios que lo hizo posible. Tauro debe saber reconocer a qué dios sirve, a la deidad que lo beneficia o a sí mismo. Así, la pasión de Minos por el toro sagrado desencadena una serie de hechos que terminan con el nacimiento del Minotauro, quien representa el cáncer que roe al reino de Tauro desde el interior. La decisión de Minos de recluir al monstruo en el laberinto representa el primer impulso de muchos Tauro por reprimir sus potentes pasiones y codicia obsesiva refugiándose en el intelecto, lo que no es una buena solución, porque pueden terminar encarcelados en su inconsciente intentando poseer, sin darse cuenta ni reconocerlo, lo que no es suyo para su propio beneficio con adversos resultados al final. Teseo, Minos y el Minotauro están estrechamente vinculados porque representan distintos aspectos del mismo núcleo arquetípico. Minos es quien comente la falta, el Minotauro es el producto de ese error y Teseo es quien debe redimir al rey.


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