RESUMEN DEL MITO
Jasón es el legítimo heredero de Yolco, pero un malvado tío
usurpa el poder y hace que su vida corra peligro, de modo que secretamente fue
enviado al prudente Quirón, junto a quien crece aprendiendo las artes de la
guerra. Cuando alcanza la adultez, Jasón regresa a Yolco dispuesto a
reclamar su herencia. En el camino, mientras ayuda a una anciana a cruzar un
río (que era Hera disfrazada), pierde una sandalia. Por su parte, el malvado
tío, es advertido por un oráculo que desconfiara del hombre que portara una
sola sandalia. Cuando ambos se encuentran, Pelías lo reconoce como legítimo
heredero, pero finge, y lo envía a recuperar el Vellocino de Oro con la excusa
de dar descanso al espíritu de su ancestro Frixo, con la oculta esperanza de
que muriera en el intento. Así, Jasón reúne a la famosa tripulación de los
argonautas y realiza su viaje atravesando muchos peligros, pero siempre es
ayudado por los dioses Atenea, Poseidón y Hera. Cuando llega a Cólquida, con la
ayuda de Medea, sacerdotisa, maga e hija del rey Eetes, mata al dragón, coge el
Vellocino y regresa a Yoclo deshaciéndose de su tío y tomando el poder. Una vez
en Yoclo, Jasón se cansa de Medea y termina la relación comenzando a cortejar a
la hija del rey de Corintio. Medea responde asesinando a la nueva novia de
Jasón y al hijo de ambos y huye dejándole una maldición. A partir de ese
momento Jasón declina progresivamente, muriendo por un golpe en la cabeza
envejecido e impotente.
SIMBOLISMO DEL MITO
La búsqueda de Jasón refleja el patrón de Aries: la muerte del
Viejo Padre y la búsqueda de la identidad espiritual individual. Este mito lo asocia con la típica búsqueda del
héroe, donde la herencia al trono usurpado y una infancia llena de peligros,
son pautas arquetípicas propias del proceso de convertirse en el individuo que
es. El impulso a involucrarse en
situaciones de riesgo para probar su valor es propio de Aries, y el Vellocino
representa los valores espirituales individuales e internos que debe alcanzar o
desarrollar. Muchos Aries suelen sufrir
alejamientos y soportar problemas a consecuencia de un padre personal que se
muestra demasiado crítico, dominante o represivo con respecto a su “herencia
natural” o los bloquean al punto de impedirles su expresión creativa
independiente. Más tarde en la vida,
este Padre Terrible puede aparecer en forma de superiores, entidades o como un
rival por un amante u objetivo deseado. Para las mujeres de Aries, esta
dinámica es igualmente válida, pero en su caso, para vivirla, muchas veces inconscientemente
eligen al marido por su parecido con el Padre Terrible, quien asume el rol de
impedir la expresión de su vida independiente. En términos generales, es
habitual el enfrentamiento con reyes (autoridades) destructivas, lo que
simboliza su batalla arquetípica con el Padre Terrible. El padre acostumbra
presentarse en la forma de una energía de fuego cuya cólera y envidia desafía
al joven en crecimiento (al héroe). Estas figuras de autoridad y los padres
representan a la ley y el orden, y son transmisores de los más altos valores de
la civilización que llevan al desarrollo de la “consciencia”. Aries, como
primer signo del zodiaco y del nuevo ciclo que encabeza, es el quebrantador de
la antigua ley, es enemigo natural del viejo sistema de reglas y consciencia
existente, llevándolo necesariamente a entrar en conflicto con los padres o
cualquier autoridad en su vida. El “rey malo” o la figura paterna personal, que
simboliza al viejo sistema de gobernar, presiona al héroe (a Aries) para que
enfrente al monstruo, es decir, a sus propias pasiones instintivas y
destructivas internas, con la esperanza de destruirlo, es decir, con la
expectativa de que no se fortalezca ni derribe su autoridad. Sin embargo, el
mito explica que con la ayuda de figuras femeninas divinas, consigue vencer al
monstruo. Estas figuras femeninas representan el ánima o el inconsciente del
mismo individuo disfrazado de novia o ayudante, porque, en su camino de toma de
consciencia, el ego individual necesita la colaboración de su propio
inconsciente para desarrollarse y llegar a ser quien es. Finalmente, el interés
del héroe por cortejar a la hija de otro rey (el de Corintio) representa la
tendencia de Aries a no valorar lo que ya tiene y a querer más y más, ese es su
error innato, es su pecado en el mito, y si no toma consciencia de esa
dinámica, dicha insatisfacción amenaza con hacer fracasar su crecimiento
individual y malograr todo el trabajo realizado.