“Los griegos concibieron a los dioses
a imagen y semejanza de los hombres. Les atribuyeron, en efecto, sublimándolos,
todos los sentimientos humanos y sus pasiones; en otras palabras, los
humanizaron. Gigantes, dioses, héroes y mitos fascinadores forjados por la
imaginación maravillosa de quienes en el mundo antiguo, al tiempo que vagaban
por mares y tierras, poblaban el cielo con seres maravillosos.
(Recordaba Socorro G en su cursillo
semanal de astrología publicado en El Espectador hace pocos días.)
Seres humanizados hasta el punto que
en la astrología podemos traducir aventuras y amoríos, celos e iras. Caracteres
que en el lenguaje familiar podemos utilizar cuando hablamos de nosotros
mismos. Se cumplió una hazaña cultural que se dio a esa necesidad de los mitos
que experimentan los hombres en todas las épocas, ya como fuente de inspiración
artística, ya como base de investigaciones o como materia de estudio, tanto en
la astrología como en la psicología profunda”.
En la parte superior del blog está la
relación entre los signos astrológicos y los doce trabajos de Hércules. Del libro “Los mitos astrológicos que
vivimos” de Teresa Andreu.
Entras a cada signo por las orejas en la parte superior del blog.
A continuación, en la parte central, presento
una síntesis realizada por la astróloga chilena Karin Ostertag Jenkins de la
perspectiva psicológica que Liz Greene nos expone sobre los signos del zodiaco
en su libro Astrología y Destino publicado en 1990. Cada signo astrológico relacionado al mito
principal que lo caracteriza.
A la derecha del blog, por la lista de etiquetas, ingresas a cada signo.
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