Hércules y la captura de las Yeguas
El primer trabajo de Hércules trata de
la captura de las yeguas devoradoras de hombres y nos habla de la naturaleza
orgullosa y precipitada en Aries.
En un país dominado por Euristeo, Diomedes poseía una manada de yeguas salvajes
que asolaban la tierra y devoraban a todos los hombres que cruzaban su
camino ya que no las podía dominar.
El rey le da a Hércules la orden de que
las capture y libere aquella tierra.
Hércules, ayudado por su amigo Abderis,
al que amaba profundamente, afrontó la tarea con gran valor, atrapando a las
yeguas y conduciéndolas hasta
Diomedes. Al llegar ante él llamó a su
amigo Abderis para que las pasara por el portal. Hércules volvió la espalda y orgullosamente
marchó hacia adelante. Pero Abderis era
débil y no pudo retener las yeguas, que se volvieron hacia él, lo mataron y
escaparon. Hércules tuvo que empezar
nuevamente el trabajo, conduciéndolas él mismo a través del portal. Pero Abderis yacía muerto.
Este mito nos da luz sobre la
impulsividad orgullosa, a veces destructiva y desconsiderada, de Aries que
puede llevarle al fracaso y a la repetición de las experiencias.
Este mito nos describe la gran fuerza que se puede desencadenar en Aries (las yeguas). Es la fuerza de la ira que arrasa y destruye todo a su paso y aunque en Aries uno pueda con ella, como hace Hércules, el trabajo con el orgullo es el segundo peldaño que uno tiene que subir para completar la experiencia.
Este mito nos describe la gran fuerza que se puede desencadenar en Aries (las yeguas). Es la fuerza de la ira que arrasa y destruye todo a su paso y aunque en Aries uno pueda con ella, como hace Hércules, el trabajo con el orgullo es el segundo peldaño que uno tiene que subir para completar la experiencia.
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